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jueves, octubre 28, 2010

La magia de los hongos según Pedro Lezcano

“Gran Canaria, que me la he pateado y fotografiado, tiene quince especies distintas, magníficas, comestibles, de champiñones”, explicaba Pedro Lezcano durante una entrevista que publicó Yuri Millares en su serie dominical ‘La de los sentidos’, en ‘Canarias7’. La versión íntera de aquella entrevista se publica ahora en un libro (‘La magia de los hongos y otros trabajos micológicos’, Domibari Editores, 2010, ya a la venta). A continuación, PELLABLOG ofrece el extracto que se publicó en prensa en 1998.

“Los aborígenes comían champiñones”

Pedro Lezcano es conocido en las Islas como poeta, también como político ya que ha sido diputado regional, presidente del Cabildo Insular de Gran Canaria y ahora consejero de Medio Ambiente de esta corporación. Menos conocida es su faceta como micólogo y, sin embargo, es un experto en setas que ha recorrido los montes y bosques canarios desde hace veinte años, cuando se inició en el estudio de los hongos con verdadera pasión. De sus hallazgos en el campo y de su lectura de todo tipo de textos sobre el tema concluye que los aborígenes comían champiñones, aunque los isleños de siglos posteriores no.

Marginadas en la Botánica
“Las setas son una parcela de la Botánica marginada, casi ajena a los estudios oficiales. Hay mucha gente que se dedica a estudiar los hongos sin ser botánico. Los mejores micólogos ingleses son lores, esos señores retirados que pasean por sus posesiones”, dice Pedro Lezcano al señalar los orígenes de la Asociación Micológica de Gran Canaria, que preside, como un colectivo de personas que “decidió prestar la debida atención al mundo de los hongos con el fin de conocerlos y preservarlos”. Y en su caso, también como alguien que no ha estudiado la carrera de Botánica. Sí su hija María, quien está en el origen de los primeros textos sobre el tema que llegaron a sus manos.
Cautivado sin remedio
“Comencé ayudando a mi hija [en la traducción de algunos textos en francés] y ya se sabe, cuando acumulas conocimientos sobre un tema acabas cautivado sin remedio”. Eso, unido al hecho de que la mujer de Pedro Lezcano es catalana, lo llevó a sus primeras excursiones en busca del fruto de los hongos a Tamadaba, a donde muchos catalanes empezaron a acudir años atrás en cuanto llegaba la temporada de las setas.
Cantidad y variedad
“Tenemos una gran cantidad y variedad, lo que no quiere decir que se consuma mucho. El sitio donde hay más setas de toda la Península es Galicia y tampoco los gallegos las comen”, indica de un hecho que no deja de ser paradójico, sobre todo en dos comunidades autónomas como la canaria y la gallega marcadas por una historia de etapas de hambruna, pobreza y emigración, y cita las abundantes en las islas canarias Cantarelus cibario y Pleurotus eringii ferulae.
Portada del libro ‘La magia de los hongos y otros trabajos micológicos’ de Pedro Lezcano (Domibari Editores, 2010), ya a la venta.


Pedro Lezcano Montalvo (Madrid 1920-Las Palmas de Gran Canaria 2002) retratado en el jardín de su casa en Santa Brígida (Gran Canaria) durante la entrevista con Yuri Millares en noviembre de 1997.

Textos y fotografías: Yuri Millares

Cubierta completa del libro ‘La magia de los hongos y otros trabajos micológicos’.
Nacidas y criadas

“En Canarias los historiadores hablan de que los aborígenes comían setas y como hay coincidencia en la opinión de varios cronistas es muy posible que sea cierto”, dice, al señalar que también él se ha preocupado “hablando con gente campesina, muy alejada, de conocer si habían oído de sus abuelos referencias de esta afición y ninguno la confirma”. En cambio, sí conocen, sobre todo en La Palma, la que llaman nacida (su nombre científico es Rizopogon luteolus), y en Fuerteventura otra que conoce como la criada.

Como una papa chiquitita.

La nacida crece en los pinares, la criada en el jable asociada a la raíz de una planta endémica, la turmera (Helyanthemum canariensis). “La nacida es como una papa chiquitita que vive enterrada y si se le da una patada salta. Mientras está la gleba (que es la masa de esporas) dura y todavía no ha empezado a madurar es comestible. Si la conoce tanta gente supongo se comía en la época prehispánica, pero lo que no sabían es que se trataba de una seta”.

Champiñones silvestres en la dieta aborigen

El hecho de que los isleños comieran estas dos clases de setas sin saber que eran tales, hace pensar a Pedro Lezcano que cuando los cronistas se referían a las que comían los aborígenes se referían a otra cosa. “Ya que nadie sabía que eran hongos y siguen sin saberlo los propios historiadores, estoy casi seguro de que lo que comían eran champiñones silvestres”, afirma.

Quince especies de champiñones en Gran Canaria

“En todas las islas canarias hay champiñones, pero Gran Canaria, que me la he pateado y fotografiado, tiene quince especies distintas, magníficas, comestibles. Como se las comía el ganado, yo pienso que el pastor, por imitación, comía también”.

Seta mortal

Pero así como habla de la variedad de estos hongos comestibles, advierte que también en Canarias hay setas venenosas, incluso mortales, como la Amanita phalloides, de las que se han encontrado algunas en La Palma y Tenerife en hábitats de castañeros. Pedro Lezcano está convencido de que también en Gran Canaria hay, aunque aún no las ha visto y en sus excursiones la busca.

Manía filatélica

“Ya no estudio como antes las setas, pero tuve épocas de maniático, metido en una especie de filatelia, ‘me falta una seta’, y cuando encontraba alguna seta nueva me arrodillaba a mirar el hábitat donde estaba”.

Corro de brujas

Es la existencia de setas venenosas y tóxicas lo que seguramente ha retraído la existencia de una tradición recolectora de las que sí son comestibles, por desconocimiento de cuáles son unas y cuáles otras. “Lo que es curioso es que un campesino de Tejeda te dice ‘¡Ah, la brujilla!’ para referirse a la Amanita muscari, esa seta roja con pintas blancas que es alucinógena. No ha leído libros pero sabe que existe esa seta mágica que llama bruja como en la terminología universal. Los franceses hablan de corro de brujas y así en todas partes”.

Seres misteriosos

“¿Por qué?”, se pregunta, y responde: “Un campesino que reside cerca de un bosque pasa por la tarde y vuelve a pasar por la mañana y encuentra que, de pronto, en una noche han salido unas setas, seres misteriosos que están colocados en un amplio círculo. Y claro, lo atribuye a que allí hubo un corro de brujas nocturno, las brujas bailonas que en todas partes del mundo se reconocen. Donde pisa cada bruja sale una seta”.



Vía: Pellagofio, 28/10/2010

F:http://www.pellagofio.com/#repor


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